"A los agentes nos coaccionan para que detengamos a inmigrantes". Así de claro se muestra un policía nacional de la Comunidad de Madrid, que asegura haber recibido instrucciones de sus superiores para que arresten a más extranjeros sin papeles.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró el martes que "los responsables policiales" no han dado orden "ni verbal ni escrita" de establecer un cupo de arrestos. Sin embargo, este agente, que no quiere desvelar su identidad por temor a las represalias, mantiene lo contrario.
Según su relato, en su comisaría les exigen un cupo mensual de 25 personas detenidas, pero, como en su zona no se cometen muchos delitos, les piden que rellenen con inmigrantes para alcanzar esa cifra.
"Rubalcaba es un mentiroso. Nos han dado la orden de que detengamos a todo inmigrante que se encuentre en una zona donde se cometan delitos, aunque esté tranquilamente sentado en un parque", explica indignado este policía que trabaja en una comisaría de Madrid, que no es la de Vallecas, de donde surgió el escándalo.
Represalias por negarse
Él ha sufrido en sus propias carnes las presiones de los mandos policiales para ejecutar estas instrucciones. De hecho, le cambiaron de servicio tras negarse a arrestar por sistema a inmigrantes por el mero hecho de no tener papeles, lo que no es un delito, sino una infracción administrativa.
"Les dije que no iba a ir a las bocas de metro y a los locutorios a pillar a todo el mundo porque ése no era mi trabajo. Entonces me replicaron que, si no estaba contento, me facilitarían la salida", atestigua. Muchos de sus compañeros tragaron y el jefe les prometió que, si cumplían los objetivos, tendrían más días libres.
Su caso no es el único. Otro agente, que ha cambiado de destino tras la presión de los mandos y ya no patrulla en Madrid, también narra su calvario: "No aguantaba más. El problema era el chantaje y la coacción. Si no deteníamos a extranjeros, nos denegaban los días de compensación o de asuntos propios. Me parece penoso que nos den días libres por arrestar a inmigrantes. No estamos deteniendo a delincuentes extranjeros, sino a empleados que llevan la tartera para ir a su trabajo, aunque estén irregulares".
Los problemas, según su testimonio, comenzaron el pasado mes de septiembre con la llegada del nuevo jefe superior de Policía de Madrid, el comisario Carlos Rubio. A partir de esa fecha, empezaron a exigirles un cupo de arrestados al mes.
"Nos dijeron que, si no podíamos hacer detenidos de penal, cogiésemos a extranjeros. Es muy difícil conseguir 25 detenciones de delincuentes a los que hay que pillar robando in fraganti. Cuando quieres llegar, en cinco minutos ya lo han desvalijado todo", declara el primer agente.
El objetivo de estos cupos es, a su juicio, muy sencillo: "Inflar las estadísticas. Están intentando tapar la falta de detenciones. Al final, cuenta lo mismo una detención por robo que por no tener la documentación en regla".
El descontento recorre las comisarías madrileñas y todos los sindicatos policiales, tanto el Sindicato Unificado de Policía (SUP), como la Unión Federal de Policía (UFP) y la Confederación Española de Policía (CEP) consideran que se trata de una maniobra de Interior para "manipular" las cifras de delincuencia.
El secretario general de Madrid de la UFP, Alfredo Perdiguero, reclama al ministro Rubalcaba que depure responsabilidades en la Jefatura Superior de Policía y que "destituya al responsable de estas coacciones a los agentes".
Los policías tienen miedo de cometer alguna detención ilegal, como ya ha estado a punto de suceder en alguna comisaría, con inmigrantes que se creía que estaban en situación irregular y, luego, se descubrió que tenían los papeles en regla.
Fuente: El mundo.
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