La mayoría de los heridos sufrieron el alcance de cristales rotos de estos inmuebles; 38 de ellos fueron trasladados al hospital General Yagüe. Asimismo, en el gimnasio de las instalaciones de la Policía Local se instaló un puesto médico avanzado para atenderlos. El Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias atiende a los miembros de las 43 familias afectadas.
El vehículo, aparcado en la parte posterior del cuartel, donde residen los agentes con sus familias, provocó un enorme cráter en el suelo así como cuantiosos daños en el mismo edificio, afectando a sus 14 plantas, de las que las dos primeras quedaron totalmente destrozadas. Asimismo, la onda expansiva causó destrozos en varios edificios colindantes, entre ellos las oficinas de la Policía Local y se rompieron algunas canalizaciones de agua. Se investiga qué tipo de vehículo fue utilizado, aunque la Policía dice que "está completamente destrozado y sus restos están calcinados".
Según las primeras pesquisas por parte de las fuerzas de seguridad, no se produjo ningún aviso previo a la explosión, atribuida a la banda terrorista ETA. Además, fuentes de la investigación señalan la posibilidad de que este ataque fuera realizado con una furgoneta bomba robada en Francia.
Graves daños en la zona
La onda expansiva provocó la mayor parte de los destrozos en los edificios colindantes, once pisos, según confirmó el delegado de la Junta de Castilla y León en Burgos, Jaime Mateu. Además, calificó de "milagro" el que no hubiera que lamentar más daños personales, a lo que ayudó también que muchas de las familias de los agentes se encontraban de vacaciones.
Se trata del atentado más fuerte de la banda terrorista ETA tras el que el pasado mes de junio le costó la vida a Eduardo Antonio Puelles García, inspector de la brigada de información del Cuerpo Nacional de Policía. En esa ocasión, los terroristas le colocaron una bomba lapa en los bajos de su vehículo.
Sin embargo, la última acción violenta de la banda se remonta a la noche del 9 al 10 de julio, cuando un artefacto explosivo causó graves daños materiales en la sede del PSE de Durango, en Vizcaya, sin provocar heridos.
Otros seis atentados más en 2009
Además, durante 2009 se han producido otras seis acciones. En enero, el objetivo fue un repetidor de televisión de la localidad de Hernani (Guipúzcoa) y provocó daños materiales.
Al mes siguiente, el 9 de febrero, un coche bomba explotó frente a la sede de la constructora Ferrovial Agromán en Madrid, en la zona conocida como Campo de las Naciones, sin causar víctimas aunque sí daños materiales. Ferrovial Agromán es una de las empresas que participa en las obras para construcción del Tren de Alta Velocidad del País Vasco, amenazadas por ETA.
El 23 de febrero una bomba destrozó la sede del Partido Socialista de Euskadi (PSE) en Lazkao (Guipúzcoa), aunque no causó víctimas. Un comunicante anónimo anunció dos horas antes la explosión en una llamada telefónica a la DYA de San Sebastián.
El 26 de marzo una bomba compuesta por unos dos kilos de explosivo estalló en el muro que circunda el chalé en Amorebieta (Vizcaya) del empresario Juan Manuel Arana, presidente de la empresa Astilleros de Murueta. La explosión produjo pequeños destrozos en el muro y en una caseta en la que se guardaban aperos.
ETA explosionó otro artefacto el 6 de mayo en un repetidor situado en un puerto de montaña del municipio cántabro de Guriezo, al día siguiente de la investidura del socialista Patxi López como lehendakari.
Fuente: El Mundo.-
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