La policía sospecha que ETA puede disponer de cierta infraestructura en Madrid para cometer atentados. Algunos datos del atentado de esta mañana en el Campo de las Naciones así se lo hacen sospechar.
Por una parte, la furgoneta utilizada para atentar, una Peugeot Partner, fue robada anoche en el municipio madrileño de Navalagamella a un ciudadano que vive en Valdemorillo.
Esto supone, según fuentes de la investigación, que los terroristas prepararon el coche bomba y lo dejaron listo para explotar en algún lugar de la Comunidad de Madrid. En otras ocasiones, los etarras llegaron a la capital con el coche bomba ya preparado. La hipótesis es que los terroristas dispondrían de algún lugar seguro, como un garaje, donde preparar el atentado.
Por otra parte, los policías han comprobado que las llamadas de aviso a Cruz Roja se realizaron desde un teléfono móvil que se encontraba en Madrid.
Los investigadores han confirmado a elmundo.es que no explotó toda la carga explosiva preparada, sino que una parte simplemente se incendió.
Aviso teléfonico.
La furgoneta bomba explotó a las nueve de esta mañana frente a la sede de la constructora Ferrovial Agromán en Madrid, aproximadamente hora y media después de que los Bomberos de la Comunidad de Madrid recibieran un aviso en nombre de ETA anunciando su colocación.
El atentado se produjo horas después de que el Tribunal Supremo haya acordado anular las listas presentadas por Askatasuna y Democracia 3 Millones (D3M) para concurrir a los comicios vascos del 1 de marzo, al considerar que la Fiscalía y el Gobierno han presentado pruebas suficientes para llegar a la conclusión de que esas candidaturas son una ideación del entramado ETA/Batasuna.
La explosión, que se escuchó en toda la zona este de la ciudad según testigos, se produjo a la altura del número 42 de la calle de la Ribera del Loira de Madrid, en el Campo de las Naciones, donde la Policía había localizado una furgoneta Peugeot Partner sospechosa.
El coche, que había sido robado el domingo por la noche en el término municipal de Navalagamella (Madrid), fue localizado a las 8.13 horas estacionado debajo de un puente por donde transcurre el tráfico ferroviario.
La explosión no ocasionó víctimas, si bien provocó un cráter en el suelo de tres metros de diámetro por un metro de profundidad, así como daños materiales en al menos 30 vehículos estacionados en la zona, en un puente, y en la estructura exterior de un edificio.
La primera llamada que alertaba de la existencia del vehículo se recibió a las 7.34 horas en los Bomberos de la Comunidad de Madrid. Al tiempo se recibieron otras dos comunicaciones en el SAMUR y en la Cruz Roja de Madrid.
La Policía acordonó toda la zona y los accesos al Campo de las Naciones y el recinto ferial de Madrid (IFEMA), en las proximidades de la M-40, lo que ocasionó grandes atascos, según la información del centro de pantallas del Ayuntamiento.
Trozos de la furgoneta salieron disparados a una distancia de hasta 200 metros, según relató Pedro Amores, jefe de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid. De los 30 vehículos afectados, cuatro han resultado calcinados, y otros 15 presentan daños graves en la chapa y cristales por la fuerte onda expansiva.
Ferrovial-Agromán se encarga de realizar un tramo de las obras de alta velocidad de la Y vasca, en concreto el comprendido entre las localidades de Legutiano y Escoriaza II. Se trata de un paso subterráneo de 2,1 kilómetros bajo el monte Albetia.
Atascos y cortes en los accesos a los edificios cercanos
"¿Tú sabes lo que ha pasado que no nos dejan ni pasar?". Esta es la pregunta que los trabajadores de la constructora Ferrovial Agromán, que cuenta allí con una plantilla de 400 personas, se hacían entre ellos por vía telefónica al ser avisados de que hoy no se trasladaran a su puesto de trabajo sobre las 08.30 horas. El edificio de Ferrovial Agromán es uno de los cuatro que integran el complejo de oficinas propiedad de la inmobiliaria Metrovacesa, y en la que Cepsa también tiene sede y otras empresas tienen oficinas en alquiler.
Muchos de los trabajadores de la zona no pudieron llegar porque, según los mismos testigos, la línea de Metro fue cortada desde Nuevos Ministerios y previamente se impidió la circulación de vagones a partir de mar de Cristal.
Es el primer atentado de ETA en Madrid desde la voladura de la T-4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006. En esa fecha, ETA hizo estallar un coche cargado de explosivos en el edificio del aparcamiento D de la Terminal 4 de Barajas causando importantes daños materiales y provocando la muerte de los ciudadanos ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. Aquel atentado ponía fin a nueve meses de tregua y a 1.309 días sin víctimas mortales por parte de ETA.
Fuente: El mundo
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