Consiste en identificar las redes o bandas criminales, sus líderes o integrantes clave y como se relacionan entre sí. En primer lugar se utiliza la técnica de concept space para extraer relaciones de los sumarios policiales y construir una posible red de sospechosos. La fuerza del vínculo entre dos sospechosos se mide en base a la frecuencia de hechos en los que participaron ambos. Luego se utiliza clustering jerárquico para partir la red en subgrupos y block modeling para identificar patrones de interacción entre los mismos. Finalmente se calcula el baricentro de cada subgrupo para determinar su miembro clave o líder.
Extracción Automática de Entidades
Consiste en extraer automáticamente determinada información criminal de los reportes policiales (en este caso, nombres propios, direcciones, características personales, información de vehículos y nombres de drogas). Para esto se utiliza un algoritmo que funciona de la siguiente manera:
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Identifica las oraciones que poseen sustantivos de acuerdo a un análisis sintáctico basado en determinadas reglas lingüísticas.
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Compara cada palabra de la oración con una base de entidades (por ejemplo apellidos, nombres de calles, etc.)
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Calcula un puntaje para cada oración en función a la cantidad de coincidencias encontradas
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Utiliza una red neuronal para determinar el tipo de entidad.
Detección Automática de Multiplicación de Identidades
Sobre una base de datos de sospechosos (nombre, sexo, documento, fecha de nacimiento, etc.) permite detectar casos en los que una misma persona se encuentra más de una vez con distinta identidad, ya sea intencionalmente (malversación de identidad) o por error en el ingreso de datos. Para este caso los especialistas seleccionaron únicamente 4 campos para determinar la identidad de una persona (por ser los menos ambiguos): nombre, fecha de nacimiento, dirección y número de seguridad social. El método consiste en tomar pares de registros, computar la similitud entre las cadenas de caracteres presentes en cada uno de los 4 campos mediante algoritmos especiales (Phonetic Russell SoundEx Code y Agrep) y luego calcular la distancia euclídea total entre registros.
Limitación de la Información: la “Cifra Negra del Delito”
Todas las fuentes de información oficial tienen la limitación de que consideran únicamente los hechos delictuosos que ingresaron efectivamente al Sistema Penal y no la totalidad de los hechos. Esto significa que son una visión sesgada de la realidad. La fracción de hechos que no ingresa al Sistema Penal es lo que se denomina comúnmente la “cifra negra del delito”. El origen de esta situación suele estar en la omisión de la denuncia policial debido a diversas razones [Sozzo, 2000]:
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Creencia en que determinados delitos menores no justifican el trámite administrativo.
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Creencia en que la policía o la justicia son ineficientes y no van a solucionar el problema.
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Desaliento por parte de la policía a realizar la denuncia de determinados delitos para alivianar sus propias estadísticas.
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Creencia en que las fuerzas de seguridad locales pueden estar involucradas en el hecho.
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Cierto grado de involucramiento de la víctima en el hecho.
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Temor por parte de la víctima a eventuales represalias o a atravesar situaciones de humillación o dolor.
El nivel de la “cifra negra” depende del tipo del delito. Por ejemplo en el caso de homicidios, robos a propiedades privadas (comercios, entidades bancarias, domicilios particulares) y robos de automotores, la “cifra negra” es muy baja. En cambio en los casos de robos o hurtos a personas en la vía pública y delitos sexuales la cifra es muy alta [Sozzo, 2000].
Para estimar la “cifra negra del delito” surge la encuesta de victimización. Esta metodología comenzó a ser utilizada por el Ministerio de Justicia de Estados Unidos en la década del 70`. En otros paises de Latinoamerica como Argentina, las primeras encuestas de este tipo las realizó la DNPC en 1996 sobre los delitos ocurridos en Capital Federal en 1995.
Consiste en una encuesta realizada en domicilios particulares sobre una muestra de la población en donde se pregunta al entrevistado si él o alguno de los miembros de su familia conviviente fue víctima de algún delito en el último año y, de resultar afirmativo, se indaga sobre las características del mismo. También se hace hincapié en si se hizo la denuncia correspondiente y en caso de omisión, las razones de la misma. La encuesta concluye con preguntas acerca de la confianza en las distintas fuerzas de seguridad, la sensación de inseguridad y las medidas de autoprotección adoptadas.
Es importante destacar que las encuestas de victimización no cubren todo el espectro de delitos, sino que ponen foco sobre los delitos comunes en los que existe una víctima, como ser robos, hurtos o violaciones sexuales (y no sobre otro tipo de delitos como estafas o posesión de drogas).
domingo, 9 de noviembre de 2008
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